VII. Mario Busignani Mario Busignani era un respetado ciudadano de la sociedad jujeña. Nacido en 1908, había sido un joven diputado provincial hacia fines de la década del 30, y nacional, a principios del 40, representando al Partido Conservador. Alejado de los cargos públicos, retomó su profesión de abogado (tenía, entre su clientela, algunos importantes ingenios azucareros) y comenzó a participar activamente en la Agrupación Cultural Renacimiento. Esa asociación civil fue un eslabón fundamental para el desarrollo del teatro jujeño, no sólo por el espacio que ofreció a las compañías teatrales nacionales que incluían a la provincia en sus giras, sino también porque allí se formó una compañía local estable -acaso una de las primeras- que brindó obras con cierta regularidad; algunas de ellas, de autores provinciales, como Elda Noro. Ese grupo, que también incluyó repertorio dedicado al público infantil, participó en varios certámenes nacionales. La labor cultural de la Agrupación Cul
VI. Jorge Calvetti Jorge Calvetti trabajaba en el centro de salud de Purmamarca, cuando Donato Peloc, su asistente, lo anotició de Néstor Groppa. No era una mención ingenua: por esas tierras no abundaban los escritores, aunque sí la práctica de la copla -mantenida en el boca a boca de la inventiva popular. Saber que a pocos kilómetros había un poeta que escribía debió inquietarlo: el mismo Calvetti tenía en su haber dos libros de poesía (Fundación en el cielo, publicado por Peuser en 1944 y Memoria terreste, por ed. Ser en 1948) y uno de cuentos (Alabanza del norte, por ed. Feria, 1949), todos editados en Buenos Aires, ciudad en la que había vivido desde su infancia hasta hace poco tiempo atrás. Calvetti había nacido en San Salvador de Jujuy, en 1916, aunque siempre se sintió parte de Maimará, donde vivió su infancia; su familia se mudó pronto a la capital del país (su padre fue un relevante dirigente radical). Allí conoció a importantes artistas (Alfonsina Storni, Leopoldo Lugones,